NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
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NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
Abro este post donde podéis colgar vuestros relatos eróticos reales o imaginarios.
Última edición por Admin el Lun Oct 19, 2009 2:15 pm, editado 1 vez
Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
Cuando sonó el despertador me dió la impresión de que me acababa de meter a la cama. Había estado hasta tarde preparando la maleta, cambiando mil veces la ropa , nerviosa por la excitación del viaje.
Hacía tiempo que lo llevábamos planeando las chicas del foro.
Hacer una quedada para así conocernos todas y pasar un fin de semana inolvidable, la primera vez no se llevó a cabo , pero ahora podíamos venir todas y todo lo habíamos preparado hasta el último detalle.
Éramos 10 chicas y un chico, algo extraño para un foro femenino, pero nos hacía ilusión tener a un hombre entre nosotras.
La primera vez que leí algo suyo en el foro ,la verdad no me fijé demasiado, hasta tres o cuatro meses después que empezamos a relacionarnos más personalmente, resultándome una persona agradable.
Tenía ganas de conocerlo ,aunque no sabíamos seguro si íba a poder acudir, yo de todas formas tenía pensado pasármelo lo mejor posible.
Salí de casa con todo bien preparado, luego el viaje de cuatro horas y media hasta Madrid, se me hizo eterno.
Al llegar a Madrid me fui al hotel y dejé la maleta y me duché ,me arreglé lo mejor que pude, miraba mi cuerpo en el espejo y pensaba estás algo rellenita, pero no estás mal ,para tus 40 años.
Perfumé mi cuerpo con la crema favorita mientras mi mente volaba y se imaginaba todo lo que íba a hacer.
Me puse mi lencería blanca de encaje y un vestido cortito tipo baby doll que me encantan y saca la niña que hay en mí, con mis sandalias y mis uñitas pintadas , me veía realmente preciosa, pinté mis labios color melocotón y un poco los ojos , mi media melena rojiza estaba perfecta ,las gafas de sol y mi bolso de Prada y me fui al lugar donde nos teníamos que encontrar.
En la calle hacía calor , cruzando dos manzanas llegué al centro comercial donde habíamos quedado, como nadie conocía a nadie yo entré y alcé la mirada a ver si veía algún grupito alborotado, pero nada, igual había llegado pronto.
Me daba tiempo de dar una vuelta y comprarme alguna cosita.
Empecé a dar vueltas por el centro comercial y hasta pasado un buen rato no me di cuenta de que alguien me vigilaba hasta el mismo momento que se colocó a mi altura un chico moreno ,un poco más alto que yo ,atractivo, con los ojos negros y elegantemente vestido me miraba con curiosidad y al cruzar nuestras miradas sentí un estremecimiento como si ya lo hubiera visto antes, me sonrió muy dulcemente y me dijo que ya sabía quien era yo, me cogió la mano para saludarme y se presentó.
Soy Juan y tú debes de ser Nuria, me dijo.
Me dio dos besos en las mejillas, olía de maravilla y tenía la piel suave como de recién afeitado.
Salimos a pasear por alrededor del centro comercial y no paraba de mirarme, me estaba poniendo nerviosa y se sonreía, cuando empezó a hablar me dijo que estaba un poco nervioso y que no sabía ni por qué, que al verme deseó que fuese yo y que había disfrutado vigilándome, viendo mis movimientos.
Me cogió de la mano y cruzamos la carretera corriendo, pero luego ya no me soltó.
Creo que los dos teníamos el corazón a mil, habíamos estado jugando al escondite durante meses, disimulando lo evidente y negando que pudiera pasar algo entre nosotros, más que nada por que no éramos libres ninguno de los dos.
Empezaron a caer cuatro gotas, la tarde estaba cargada y amenazaba tormenta, así que apretamos el paso lo justo para llegar al hotel y no terminar calados.
Nos metimos en el ascensor y ya dentro metió su mano por debajo del vestido rozando mi muslo y subiendo hasta mi entrepierna y apretar con la otra mano mis nalgas, tenía las manos calientes y suaves bajó sus labios hasta mi cuello y me mordisqueó suavemente cosa que me vuelve loca de placer, eso me pasa por contarle lo que me gusta, sus labios buscaron mi boca y justo cuando íba a besarme se paró el ascensor.
Nos bajamos y nos metimos en mi habitación.
En la misma entrada me aprisionó contra la puerta y cogió mi cara con sus manos y me besó en los labios mirándome a los ojos sin perderse detalle.
Sus labios eran carnosos y suaves me gustó saborear su boca dulce y apasionada que no me daba tregua.
Me alzó con sus fuertes brazos por las nalgas para que yo pudiese abrazarle y me llevó hasta la cama.
Se tumbó encima mío mientras seguía besándome y sus manos me acariciaban por debajo del vestido, no hacía más que mirarme a los ojos y de vez en cuando me quitaba el pelo de la cara.
Nos fuimos quitando la ropa poco a poco el uno al otro, yo no atinaba con el pantalón, estos malditos nervios me estaban haciendo quedar como una quinceañera, en cambio a él eso le gustaba, colocó mi mano sobre su pene, grande y duro y me dieron ganas de salir corriendo si no hubiese sido por que me tenía abrazada, me imagino que adivinando lo que pasaba por mi cabeza.
Empecé a acariciarle suavemente hacia arriba y hacia abajo despacio y luego más fuerte, acariciando sus partes adornadas de suave vello, me agaché y comencé a chuparle la puntita de su pene y de vez en cuando miraba hacia arriba para ver su cara y ver como gemía de placer .
Sabía muy rico ,y mi excitación íba aumentando por momentos, me metí todo su pene hasta donde pude en mi boca, por que todo no cabía y me tuvo que retirar, llamándome loba. Seguí meneando y acariciando su miembro hasta que me dijo que parase que ahora me tocaba a mí.
Me tumbó en la cama y empezó a mordisquearme el cuello bajando hasta mis pechos y jugueteando con mis pezones sonrosados, estuvo jugando con ellos hasta hacerme enloquecer de placer.
Siguió besando mi cuerpo hasta llegar a mi pubis separó mis piernas y metió su lengua entre mis labios haciéndome dar un grito de placer, notaba su boca caliente de pasión , se apoderó de mi clítoris de una manera enloquecedora, si seguía así no íba a tardar yo mucho en tener mi primer orgasmo, mientras él me comía salvajemente, me acariciaba los pezones con sus dedos hábiles empecé a notar como un calor que me subía desde el fondo de mi ser haciéndome enloquecer de placer y gemir convulsionando mi cuerpo al son de sus caricias, fue algo interminable ,acabé agotada entre sus brazos, él me sonreía con su pícara mirada, me decía al oído que no quería perderser ni un instante de mi gozo.
Bajó otra vez a mi entre pierna y fue metiendo sus dedos suavemente en mi húmedo interior, después de haber llegado yo mi placer es inmenso y sus dedos me hacían gozar como nunca antes, entrando y saliendo suavemente, se notaba su experiencia con las mujeres, se levanto me besó en la boca y me preguntó si estaba preparada para penetrarme, a lo que yo le respondí que sí, que me moría de ganas de sentirle dentro de mí.
Se colocó encima mío y apartando mis labios con sus dedos situó la punta de su cálido pene en la entrada de mi vagina y así suavemente me fue penetrando ,a la vez que me hacía sentir el mayor placer de mi vida, un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando su pene hizo tope en mi interior empezó a moverse dentro de mí con una maestría tal que yo creí que íba a enloquecer de placer, sus movimientos se volvieron más salvajes, no dejaba de gemir y de decirme cosas bonitas diciéndome que no íba a aguantar mucho más que estaba muy caliente, su boca húmeda buscaba mis pezones y en una de sus embestidas se hundió profundamente dentro de mí dando lugar a una explosión salvaje que me recorrió todo el cuerpo, ahora era yo la que miraba su cara para no perderme ninguno de sus gestos de de placer.
Acabamos tendidos el uno al lado del otro acariciándonos, no teníamos fuerzas para pensar en nada, ni en lo que habíamos hecho, ni en lo que íba a pasar después, sólo sabíamos que nos amábamos y eso no podía cambiarlo nadie.
Hacía tiempo que lo llevábamos planeando las chicas del foro.
Hacer una quedada para así conocernos todas y pasar un fin de semana inolvidable, la primera vez no se llevó a cabo , pero ahora podíamos venir todas y todo lo habíamos preparado hasta el último detalle.
Éramos 10 chicas y un chico, algo extraño para un foro femenino, pero nos hacía ilusión tener a un hombre entre nosotras.
La primera vez que leí algo suyo en el foro ,la verdad no me fijé demasiado, hasta tres o cuatro meses después que empezamos a relacionarnos más personalmente, resultándome una persona agradable.
Tenía ganas de conocerlo ,aunque no sabíamos seguro si íba a poder acudir, yo de todas formas tenía pensado pasármelo lo mejor posible.
Salí de casa con todo bien preparado, luego el viaje de cuatro horas y media hasta Madrid, se me hizo eterno.
Al llegar a Madrid me fui al hotel y dejé la maleta y me duché ,me arreglé lo mejor que pude, miraba mi cuerpo en el espejo y pensaba estás algo rellenita, pero no estás mal ,para tus 40 años.
Perfumé mi cuerpo con la crema favorita mientras mi mente volaba y se imaginaba todo lo que íba a hacer.
Me puse mi lencería blanca de encaje y un vestido cortito tipo baby doll que me encantan y saca la niña que hay en mí, con mis sandalias y mis uñitas pintadas , me veía realmente preciosa, pinté mis labios color melocotón y un poco los ojos , mi media melena rojiza estaba perfecta ,las gafas de sol y mi bolso de Prada y me fui al lugar donde nos teníamos que encontrar.
En la calle hacía calor , cruzando dos manzanas llegué al centro comercial donde habíamos quedado, como nadie conocía a nadie yo entré y alcé la mirada a ver si veía algún grupito alborotado, pero nada, igual había llegado pronto.
Me daba tiempo de dar una vuelta y comprarme alguna cosita.
Empecé a dar vueltas por el centro comercial y hasta pasado un buen rato no me di cuenta de que alguien me vigilaba hasta el mismo momento que se colocó a mi altura un chico moreno ,un poco más alto que yo ,atractivo, con los ojos negros y elegantemente vestido me miraba con curiosidad y al cruzar nuestras miradas sentí un estremecimiento como si ya lo hubiera visto antes, me sonrió muy dulcemente y me dijo que ya sabía quien era yo, me cogió la mano para saludarme y se presentó.
Soy Juan y tú debes de ser Nuria, me dijo.
Me dio dos besos en las mejillas, olía de maravilla y tenía la piel suave como de recién afeitado.
Salimos a pasear por alrededor del centro comercial y no paraba de mirarme, me estaba poniendo nerviosa y se sonreía, cuando empezó a hablar me dijo que estaba un poco nervioso y que no sabía ni por qué, que al verme deseó que fuese yo y que había disfrutado vigilándome, viendo mis movimientos.
Me cogió de la mano y cruzamos la carretera corriendo, pero luego ya no me soltó.
Creo que los dos teníamos el corazón a mil, habíamos estado jugando al escondite durante meses, disimulando lo evidente y negando que pudiera pasar algo entre nosotros, más que nada por que no éramos libres ninguno de los dos.
Empezaron a caer cuatro gotas, la tarde estaba cargada y amenazaba tormenta, así que apretamos el paso lo justo para llegar al hotel y no terminar calados.
Nos metimos en el ascensor y ya dentro metió su mano por debajo del vestido rozando mi muslo y subiendo hasta mi entrepierna y apretar con la otra mano mis nalgas, tenía las manos calientes y suaves bajó sus labios hasta mi cuello y me mordisqueó suavemente cosa que me vuelve loca de placer, eso me pasa por contarle lo que me gusta, sus labios buscaron mi boca y justo cuando íba a besarme se paró el ascensor.
Nos bajamos y nos metimos en mi habitación.
En la misma entrada me aprisionó contra la puerta y cogió mi cara con sus manos y me besó en los labios mirándome a los ojos sin perderse detalle.
Sus labios eran carnosos y suaves me gustó saborear su boca dulce y apasionada que no me daba tregua.
Me alzó con sus fuertes brazos por las nalgas para que yo pudiese abrazarle y me llevó hasta la cama.
Se tumbó encima mío mientras seguía besándome y sus manos me acariciaban por debajo del vestido, no hacía más que mirarme a los ojos y de vez en cuando me quitaba el pelo de la cara.
Nos fuimos quitando la ropa poco a poco el uno al otro, yo no atinaba con el pantalón, estos malditos nervios me estaban haciendo quedar como una quinceañera, en cambio a él eso le gustaba, colocó mi mano sobre su pene, grande y duro y me dieron ganas de salir corriendo si no hubiese sido por que me tenía abrazada, me imagino que adivinando lo que pasaba por mi cabeza.
Empecé a acariciarle suavemente hacia arriba y hacia abajo despacio y luego más fuerte, acariciando sus partes adornadas de suave vello, me agaché y comencé a chuparle la puntita de su pene y de vez en cuando miraba hacia arriba para ver su cara y ver como gemía de placer .
Sabía muy rico ,y mi excitación íba aumentando por momentos, me metí todo su pene hasta donde pude en mi boca, por que todo no cabía y me tuvo que retirar, llamándome loba. Seguí meneando y acariciando su miembro hasta que me dijo que parase que ahora me tocaba a mí.
Me tumbó en la cama y empezó a mordisquearme el cuello bajando hasta mis pechos y jugueteando con mis pezones sonrosados, estuvo jugando con ellos hasta hacerme enloquecer de placer.
Siguió besando mi cuerpo hasta llegar a mi pubis separó mis piernas y metió su lengua entre mis labios haciéndome dar un grito de placer, notaba su boca caliente de pasión , se apoderó de mi clítoris de una manera enloquecedora, si seguía así no íba a tardar yo mucho en tener mi primer orgasmo, mientras él me comía salvajemente, me acariciaba los pezones con sus dedos hábiles empecé a notar como un calor que me subía desde el fondo de mi ser haciéndome enloquecer de placer y gemir convulsionando mi cuerpo al son de sus caricias, fue algo interminable ,acabé agotada entre sus brazos, él me sonreía con su pícara mirada, me decía al oído que no quería perderser ni un instante de mi gozo.
Bajó otra vez a mi entre pierna y fue metiendo sus dedos suavemente en mi húmedo interior, después de haber llegado yo mi placer es inmenso y sus dedos me hacían gozar como nunca antes, entrando y saliendo suavemente, se notaba su experiencia con las mujeres, se levanto me besó en la boca y me preguntó si estaba preparada para penetrarme, a lo que yo le respondí que sí, que me moría de ganas de sentirle dentro de mí.
Se colocó encima mío y apartando mis labios con sus dedos situó la punta de su cálido pene en la entrada de mi vagina y así suavemente me fue penetrando ,a la vez que me hacía sentir el mayor placer de mi vida, un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando su pene hizo tope en mi interior empezó a moverse dentro de mí con una maestría tal que yo creí que íba a enloquecer de placer, sus movimientos se volvieron más salvajes, no dejaba de gemir y de decirme cosas bonitas diciéndome que no íba a aguantar mucho más que estaba muy caliente, su boca húmeda buscaba mis pezones y en una de sus embestidas se hundió profundamente dentro de mí dando lugar a una explosión salvaje que me recorrió todo el cuerpo, ahora era yo la que miraba su cara para no perderme ninguno de sus gestos de de placer.
Acabamos tendidos el uno al lado del otro acariciándonos, no teníamos fuerzas para pensar en nada, ni en lo que habíamos hecho, ni en lo que íba a pasar después, sólo sabíamos que nos amábamos y eso no podía cambiarlo nadie.
Última edición por Lara Croft el Mar Jul 24, 2012 9:18 am, editado 2 veces
VISITA SORPRESA
VISITA SORPRESA
Me acaba de quedar sola y ya estaba disfrutando de mi primer fin de semana libre.
Mi marido y mis hijos se iban al pueblo a disfrutar de la naturaleza y yo tenía que acabar unos trabajos y así respirábamos un poco los unos de los otros.
Lo primero que pensé que iba a hacer era darme una duchita, ponerme una película antigua de las que me gustan, pediría comida china y me tumbaría relajadita en el sofá .
Todavía no había entrado en casa y sonó el móvil.
Dije vaya, seguro que se han dejado algo.
¿Sí? Pregunté.
Y al otro lado del teléfono sonó una voz que no me era conocida, así que no eran ellos.
Hola. Eres Susana, me preguntó. Pensé yo, joer pues me conoce. Sí, quién eres?
Soy Raúl, como ves te dije que te iba a llamar y he cumplido.
¿Raúl? ¡Ah! Raúl, mucho gusto, me alegra oír tu voz , y me dijo, yo también tenía ganas de oírte y poder hablar.
Por eso te llamaba, he tenido que salir de viaje por negocios a Burgos y me he acercado hasta tu ciudad.
Será una broma, pensé yo y él seguía hablando, no se que me estaba diciendo de buscar algo para dormir y entonces le dije que se viniera a mi casa que tenía sitio y así podíamos hablar y cenar juntos.
Quedamos en la plaza del Ayuntamiento, en 10 minutos vi llegar un taxi y salir de él a un chico bastante alto, moreno ,con porte atlético y pelo oscuro, pagó al taxista y alzó la mirada buscándome y al verme me sonrió.
Qué atractivo era leñe, me subía un cosquilleo por la espalda de las cosas que se me estaban pasando por la cabeza.
Se acercó hasta mí y me dio dos besos y estrechó su mano cálida con la mía, me miró de arriba a bajo, me imagino que dando o no su aprobación a mi persona, igual que había hecho yo con él.
Nos fuimos caminando hasta mi casa y él me preguntó que qué le había dicho a mi marido, a lo que yo le contesté que estaba sola y se habían ido de viaje.
Una sonrisa se dibujó en su cara.
Y pensé yo, que se estará imaginando que me va a hacer. Son todos iguales.
Llegamos a casa, le enseñé su habitación y me dijo que quería ducharse ,le di las toallas y me salí fuera.
Me puse a preparar la mesa para la cena y de repente me entró la curiosidad. Me fui a la puerta del baño y me puse a espiarle, vi su silueta a través de la mampara, su cuerpo esbelto y bien formado, ese torso duro lleno de vello y culete bien formado, empecé a excitarme con la idea de meterme a la ducha con él, arriesgándome a que me mandase fuera.
Me quité el pantalón y la camiseta y me metí en el baño en ropa interior.
Una vez dentro él se volvió para ver que pasaba y entonces ante su mirada me quité el sujetador dejando libres a su mirada mis pechos y acto seguido me quité las braguitas.
Abrí la mampara y me metí dentro rozando mi culete con su pene.
Nos miramos a los ojos durante un rato como buscando alguna respuesta, pero ninguno de los dos dijo nada, me cogió la cabeza con sus manos y me rozó mis labios con los suyos suavemente para terminar con un beso abrasador.
Cogí la esponja jabonosa y empecé a frotarle por todo el cuerpo y luego con mis manos fui acariciándole por sus nalgas , la espalda ,el pecho ,bajé a su entrepierna y empecé a acariciarle los testículos con la suavidad de la espuma, iba subiendo y bajando suavemente con mi mano mientras empezaba a comerme la puntita de su pene, oí un gemido de placer y seguí meneándosela más fuerte, durante bastante rato hasta que me dijo que parase.
Entonces empezó a jabonarme él a mí, una vez me hubo frotado con la esponja se situó detrás de mí presionando mis nalgas contra su pene y empezó a acariciarme los pechos y a juguetear con mis pezones que se pusieron erectos con sus caricias.
Mientras me acariciaba con una mano el pezón, con la otra fue bajando por mi vientre hasta llegar a mi entrepierna aprisionando mi sexo , él por detrás iba subiendo y bajando su pene entre mis nalgas.
Me giró y comenzó a comerse mis pezones y a mordisquearlos apretando con sus manos mi culete.
Fue bajando hasta situar su boca a la altura de mi sexo y noté la puntita caliente de su lengua en mi clítoris ,entreabrí mis piernas y con una mano empezó a acariciar mi sexo mientras me chupaba con su lengua absorbiendo mi clítoris, yo loca de placer apretaba su cabeza hacia mi cuerpo como pidiéndole más ,entonces introdujo sus dedos dentro de mí hasta lo más profundo de mi ser produciéndome una oleada de placer con sus dedos y con su lengua, moviéndolo dentro de mí con gran maestría, saboreando mi clítoris, así hasta que ya no aguanté más y estallé en un orgasmo interminable y brutal que hacía estremecer todo mi cuerpo hasta dejarme exhausta.
Entonces me giró y agachándome puse mi culete a su disposición y con sus dedos separó los labios para permitir la entrada de su largo y gordo pene que introdujo hasta lo más profundo dentro de mí lenta y suavemente al principio, luego agarrándome por las caderas empezó a embestirme salvajemente como a mí me gusta, por que después de haber llegado el placer de la penetración es mayor, no sé las veces que llegó a salir y a entrar dentro de mí, rozando la punta de su pene con la profundidad de mi interior, cada vez era más placentero, como si estuviera todo el rato a punto de llegar hasta que un viaje noté como se ponía tenso y más duro dentro de mí, igual que si estuviera atravesada por una flecha , entonces sacó su pene y empezó a penetrarme muy suavemente por el culete, luego volvió a mi sexo, otra vez a mi culete hasta que fue permitiendo su total entrada y continuó penetrándome por los dos sitios , a mí cada vez me gustaba más esa doble penetración me vuelve loca de placer y le dije que llegase por cualquiera de las dos, me volvió a penetrar por mi sexo y en una de sus penetraciones profundas nos unimos en un salvaje y explosivo orgasmo que me hizo tocar el cielo, haciendo temblar mi cuerpo y gemir de placer.
Cuando me giré nos abrazamos y nos besamos apasionadamente , terminamos de ducharnos y nos pusimos a cenar y a ver una película.
Después de dos horas descansando en el sofá nos fuimos a la cama...........
Me acaba de quedar sola y ya estaba disfrutando de mi primer fin de semana libre.
Mi marido y mis hijos se iban al pueblo a disfrutar de la naturaleza y yo tenía que acabar unos trabajos y así respirábamos un poco los unos de los otros.
Lo primero que pensé que iba a hacer era darme una duchita, ponerme una película antigua de las que me gustan, pediría comida china y me tumbaría relajadita en el sofá .
Todavía no había entrado en casa y sonó el móvil.
Dije vaya, seguro que se han dejado algo.
¿Sí? Pregunté.
Y al otro lado del teléfono sonó una voz que no me era conocida, así que no eran ellos.
Hola. Eres Susana, me preguntó. Pensé yo, joer pues me conoce. Sí, quién eres?
Soy Raúl, como ves te dije que te iba a llamar y he cumplido.
¿Raúl? ¡Ah! Raúl, mucho gusto, me alegra oír tu voz , y me dijo, yo también tenía ganas de oírte y poder hablar.
Por eso te llamaba, he tenido que salir de viaje por negocios a Burgos y me he acercado hasta tu ciudad.
Será una broma, pensé yo y él seguía hablando, no se que me estaba diciendo de buscar algo para dormir y entonces le dije que se viniera a mi casa que tenía sitio y así podíamos hablar y cenar juntos.
Quedamos en la plaza del Ayuntamiento, en 10 minutos vi llegar un taxi y salir de él a un chico bastante alto, moreno ,con porte atlético y pelo oscuro, pagó al taxista y alzó la mirada buscándome y al verme me sonrió.
Qué atractivo era leñe, me subía un cosquilleo por la espalda de las cosas que se me estaban pasando por la cabeza.
Se acercó hasta mí y me dio dos besos y estrechó su mano cálida con la mía, me miró de arriba a bajo, me imagino que dando o no su aprobación a mi persona, igual que había hecho yo con él.
Nos fuimos caminando hasta mi casa y él me preguntó que qué le había dicho a mi marido, a lo que yo le contesté que estaba sola y se habían ido de viaje.
Una sonrisa se dibujó en su cara.
Y pensé yo, que se estará imaginando que me va a hacer. Son todos iguales.
Llegamos a casa, le enseñé su habitación y me dijo que quería ducharse ,le di las toallas y me salí fuera.
Me puse a preparar la mesa para la cena y de repente me entró la curiosidad. Me fui a la puerta del baño y me puse a espiarle, vi su silueta a través de la mampara, su cuerpo esbelto y bien formado, ese torso duro lleno de vello y culete bien formado, empecé a excitarme con la idea de meterme a la ducha con él, arriesgándome a que me mandase fuera.
Me quité el pantalón y la camiseta y me metí en el baño en ropa interior.
Una vez dentro él se volvió para ver que pasaba y entonces ante su mirada me quité el sujetador dejando libres a su mirada mis pechos y acto seguido me quité las braguitas.
Abrí la mampara y me metí dentro rozando mi culete con su pene.
Nos miramos a los ojos durante un rato como buscando alguna respuesta, pero ninguno de los dos dijo nada, me cogió la cabeza con sus manos y me rozó mis labios con los suyos suavemente para terminar con un beso abrasador.
Cogí la esponja jabonosa y empecé a frotarle por todo el cuerpo y luego con mis manos fui acariciándole por sus nalgas , la espalda ,el pecho ,bajé a su entrepierna y empecé a acariciarle los testículos con la suavidad de la espuma, iba subiendo y bajando suavemente con mi mano mientras empezaba a comerme la puntita de su pene, oí un gemido de placer y seguí meneándosela más fuerte, durante bastante rato hasta que me dijo que parase.
Entonces empezó a jabonarme él a mí, una vez me hubo frotado con la esponja se situó detrás de mí presionando mis nalgas contra su pene y empezó a acariciarme los pechos y a juguetear con mis pezones que se pusieron erectos con sus caricias.
Mientras me acariciaba con una mano el pezón, con la otra fue bajando por mi vientre hasta llegar a mi entrepierna aprisionando mi sexo , él por detrás iba subiendo y bajando su pene entre mis nalgas.
Me giró y comenzó a comerse mis pezones y a mordisquearlos apretando con sus manos mi culete.
Fue bajando hasta situar su boca a la altura de mi sexo y noté la puntita caliente de su lengua en mi clítoris ,entreabrí mis piernas y con una mano empezó a acariciar mi sexo mientras me chupaba con su lengua absorbiendo mi clítoris, yo loca de placer apretaba su cabeza hacia mi cuerpo como pidiéndole más ,entonces introdujo sus dedos dentro de mí hasta lo más profundo de mi ser produciéndome una oleada de placer con sus dedos y con su lengua, moviéndolo dentro de mí con gran maestría, saboreando mi clítoris, así hasta que ya no aguanté más y estallé en un orgasmo interminable y brutal que hacía estremecer todo mi cuerpo hasta dejarme exhausta.
Entonces me giró y agachándome puse mi culete a su disposición y con sus dedos separó los labios para permitir la entrada de su largo y gordo pene que introdujo hasta lo más profundo dentro de mí lenta y suavemente al principio, luego agarrándome por las caderas empezó a embestirme salvajemente como a mí me gusta, por que después de haber llegado el placer de la penetración es mayor, no sé las veces que llegó a salir y a entrar dentro de mí, rozando la punta de su pene con la profundidad de mi interior, cada vez era más placentero, como si estuviera todo el rato a punto de llegar hasta que un viaje noté como se ponía tenso y más duro dentro de mí, igual que si estuviera atravesada por una flecha , entonces sacó su pene y empezó a penetrarme muy suavemente por el culete, luego volvió a mi sexo, otra vez a mi culete hasta que fue permitiendo su total entrada y continuó penetrándome por los dos sitios , a mí cada vez me gustaba más esa doble penetración me vuelve loca de placer y le dije que llegase por cualquiera de las dos, me volvió a penetrar por mi sexo y en una de sus penetraciones profundas nos unimos en un salvaje y explosivo orgasmo que me hizo tocar el cielo, haciendo temblar mi cuerpo y gemir de placer.
Cuando me giré nos abrazamos y nos besamos apasionadamente , terminamos de ducharnos y nos pusimos a cenar y a ver una película.
Después de dos horas descansando en el sofá nos fuimos a la cama...........
Última edición por Lara Croft el Mar Jul 24, 2012 9:26 am, editado 4 veces
Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
UN DÍA EN LA FERIA DE SEVILLA
Estaba nerviosa y emocionada, había sido una decisión de último momento y no sabía que consecuencias podría tener.
Él me había dicho que estaría allí con su mujer, así que como mucho aunque nos viésemos, cosa difícil por que en la Feria de Sevilla se aglomera mucha gente y aunque él pasase a mi lado, como no esperaba verme por allí, no creo que me reconociese.
Me alojé en casa de una amiga, nos pusimos ropa cómoda y me puse una flor amarilla en el pelo y pendientes a juego.
Nos fuimos a la calle, no podía haber más gente, no se podía ni andar
Estaban todas las casetas llenas, todo el mundo bebiendo y comiendo pescaíto, con las sevillanas de fondo, yo tenía las emociones a flor de piel.
Íbamos paseando y mirando como iban vestidas las mujeres, de vez en cuando nos invitaban a tomar algo, decidí ya sólo comer, como me tomase un finito más, no sé donde iba ha acabar.
De pronto me fijé en un chico alto, moreno con el pelo alborotado que estaba hablando con un grupo de gente, a su lado había una mujer rubia, bastante que escuchaba atentamente lo que él decía.
Seguimos andando y cuando íbamos a pasar a su altura me puse las gafas, si era él no quería que me viese enseguida, primero quería observarlo desde lejos.
Él estaba a lo suyo, entonces oí su voz, sí, creo que era él, aunque sólo habíamos hablado una vez por tlf., su voz la reconocería en cualquier sitio.
Le hice una señal a mi amiga y nos pusimos a cierta distancia, desde donde yo pudiese observarle.
Seguía hablando y moviendo las manos, sonriente ¿qué estaría contando?, un viaje se volvió hacia donde yo estaba y me giré de espaldas para que no me viese, esperé un rato.
Cuando me volví otra vez miré hacia donde estaba él y ya no lo vi.
¿Dónde se había ido?
Lo había perdido de vista, pues me había durado poco el deleite. Me quité las gafas para mirar mejor y en esto que alguien se pega a mí por detrás cogiéndome por la cintura.
Uhhmmm, me dijo, ¿eres tú o son imaginaciones mías?.
Esa voz me sonaba, me había pillado.
Me llevó a un lugar a parte entre dos casetas, me abrazó y me dio un espléndido beso. Me preguntó que como así estaba allí.
Le conté que estaba con una amiga y que lo había decidido en el último momento.
En esto que apareció su mujer, nos miramos, él le dijo que era una amiga que había conocido trabajando y que no esperaba encontrarme aquí.
Nos presentó, me miró de arriba a bajo como estudiándome, cuando vio que yo no podía ser una rival, si ella supiera como nos hervía la sangre no se hubiera marchado, le dijo que se iba con unas amigas y allí nos dejó ante mi sorpresa y la de él.
Se volvió hacia mí y sonrió, madre mía esa sonrisa no decía nada bueno.
Se lo presenté a mi amiga y nos dijo que se marchaba a buscar a sus padres, me dijo a qué hora se comía y allí nos quedamos los dos.
Me cogió de la mano y me enseñó algunos lugares de la ciudad, pasamos por una plazoleta donde había una pensión muy bonita.
Entramos y cogimos una habitación.
Subimos corriendo las escaleras y entramos en la habitación, no me dejó ni coger aire.
Cerró la puerta y acto seguido empezó a quitarme los pequeñísimos botones de la blusa, como no podía me miró y le leí el pensamiento, como se le ocurra dar un tirón me lo cargo, empezó a reírse por que se imaginó que le había leído el pensamiento.
Le desabroché la camisa, empecé a acariciar su pecho lleno de vello, cómo me gustaba hacerle eso, se la quité y comencé a soltarle el cinturón y seguido bajé la cremallera de su pantalón, él me miraba a los ojos, no quería perderse detalle, eran muy pocas las veces que nos podíamos encontrar, así que cada movimiento era único y había que memorizarlo.
Le quité el slip, él hizo lo mismo con mi blusa soltó el botón de mi falda que cayó al suelo, me giró y pegó su pecho en mi espalda, empezó a comerme el cuello mientras sus manos buscaban mis pechos, me soltó el sujetador y comenzó a jugar con mis pezones, uhhmm, que rico, lo que me estaba haciendo.
Yo notaba su pene rozando mi culete, lo puso entre mis piernas y fue buscando la entrada, lentamente su puntita se abría paso entre mis labios sin ayuda de nadie.
Me incliné un poco y noté como su enorme pene iba entrando dentro de mí.
No quería penetrarme del todo, sólo estaba jugando, metía y sacaba su puntita tantas veces como quería. Qué placer más inmenso.
Se sentó en la orilla de la cama y yo delante y me besó por la cintura, comenzó a bajar y me tumbó en la cama.
Seguía llenándome el cuerpo de besos, me separó las piernas y siguió besando mi sexo abriendo mis labios y buscando mi clítoris que estaba ansioso de sus caricias.
Qué boquita más caliente y deliciosa, me hacía flotar, que placer Dios mío, sus manos rozaban mis caderas, aferrándose más a mi sexo, comenzó a introducir sus dedos dentro de mí, sintiendo mi humedad, eso le puso a tope, como estaba, cogí su pene entre mis manos y comencé a acariciarlo hacía arriba y hacia abajo a la vez que mis labios y mi lengua saboreaban su puntita, qué rico como me gustaba eso, cada vez la metía mas adentro, no insistí mucho por que no era algo que le gustase mucho, él prefería verme sentir y gozar a mí, así que se puso encima mío, yo notaba el peso de su cuerpo, su vello me hacía cosquillitas, su pene rozaba mi sexo intentando abrirse paso para penetrarme hasta lo más profundo, su boca se estaba comiendo mis pezones salvajemente y acto seguido justo cuando ya me iba a penetrar subió hasta mi boca me besó y me miró a los ojos mientras me penetraba y me dijo, así mi vida así quieres sentirme, dime que te gusta, dímelo, quiero oírte gemir de placer.
Yo ya no estaba allí, yo estaba flotando, empezó a mover sus caderas encima mío mientras entraba y salía de mi cuerpo, yo sentía como su pene rozaba mis labios cada vez que entraba y salía y llegaba hasta lo más profundo de mi ser, su boca se había apoderado de la mía comencé a sentir un latigazo de calor, me temblaba todo el cuerpo y cuando estaba a punto de llegar, él se paraba, y así unas cuantas veces, alargando mi placer hasta el infinito y seguía penetrándome ahora salvajemente cuando noté que se puso rígido y cerró los ojos agarrando mi pelo entre sus manos y nos unimos en un orgasmo salvaje proporcionado por sus movimientos pélvicos, creí llegar al séptimo cielo.
Nos quedamos así, él encima mío abrazados escuchando el latido de nuestros corazones.......
Estaba nerviosa y emocionada, había sido una decisión de último momento y no sabía que consecuencias podría tener.
Él me había dicho que estaría allí con su mujer, así que como mucho aunque nos viésemos, cosa difícil por que en la Feria de Sevilla se aglomera mucha gente y aunque él pasase a mi lado, como no esperaba verme por allí, no creo que me reconociese.
Me alojé en casa de una amiga, nos pusimos ropa cómoda y me puse una flor amarilla en el pelo y pendientes a juego.
Nos fuimos a la calle, no podía haber más gente, no se podía ni andar
Estaban todas las casetas llenas, todo el mundo bebiendo y comiendo pescaíto, con las sevillanas de fondo, yo tenía las emociones a flor de piel.
Íbamos paseando y mirando como iban vestidas las mujeres, de vez en cuando nos invitaban a tomar algo, decidí ya sólo comer, como me tomase un finito más, no sé donde iba ha acabar.
De pronto me fijé en un chico alto, moreno con el pelo alborotado que estaba hablando con un grupo de gente, a su lado había una mujer rubia, bastante que escuchaba atentamente lo que él decía.
Seguimos andando y cuando íbamos a pasar a su altura me puse las gafas, si era él no quería que me viese enseguida, primero quería observarlo desde lejos.
Él estaba a lo suyo, entonces oí su voz, sí, creo que era él, aunque sólo habíamos hablado una vez por tlf., su voz la reconocería en cualquier sitio.
Le hice una señal a mi amiga y nos pusimos a cierta distancia, desde donde yo pudiese observarle.
Seguía hablando y moviendo las manos, sonriente ¿qué estaría contando?, un viaje se volvió hacia donde yo estaba y me giré de espaldas para que no me viese, esperé un rato.
Cuando me volví otra vez miré hacia donde estaba él y ya no lo vi.
¿Dónde se había ido?
Lo había perdido de vista, pues me había durado poco el deleite. Me quité las gafas para mirar mejor y en esto que alguien se pega a mí por detrás cogiéndome por la cintura.
Uhhmmm, me dijo, ¿eres tú o son imaginaciones mías?.
Esa voz me sonaba, me había pillado.
Me llevó a un lugar a parte entre dos casetas, me abrazó y me dio un espléndido beso. Me preguntó que como así estaba allí.
Le conté que estaba con una amiga y que lo había decidido en el último momento.
En esto que apareció su mujer, nos miramos, él le dijo que era una amiga que había conocido trabajando y que no esperaba encontrarme aquí.
Nos presentó, me miró de arriba a bajo como estudiándome, cuando vio que yo no podía ser una rival, si ella supiera como nos hervía la sangre no se hubiera marchado, le dijo que se iba con unas amigas y allí nos dejó ante mi sorpresa y la de él.
Se volvió hacia mí y sonrió, madre mía esa sonrisa no decía nada bueno.
Se lo presenté a mi amiga y nos dijo que se marchaba a buscar a sus padres, me dijo a qué hora se comía y allí nos quedamos los dos.
Me cogió de la mano y me enseñó algunos lugares de la ciudad, pasamos por una plazoleta donde había una pensión muy bonita.
Entramos y cogimos una habitación.
Subimos corriendo las escaleras y entramos en la habitación, no me dejó ni coger aire.
Cerró la puerta y acto seguido empezó a quitarme los pequeñísimos botones de la blusa, como no podía me miró y le leí el pensamiento, como se le ocurra dar un tirón me lo cargo, empezó a reírse por que se imaginó que le había leído el pensamiento.
Le desabroché la camisa, empecé a acariciar su pecho lleno de vello, cómo me gustaba hacerle eso, se la quité y comencé a soltarle el cinturón y seguido bajé la cremallera de su pantalón, él me miraba a los ojos, no quería perderse detalle, eran muy pocas las veces que nos podíamos encontrar, así que cada movimiento era único y había que memorizarlo.
Le quité el slip, él hizo lo mismo con mi blusa soltó el botón de mi falda que cayó al suelo, me giró y pegó su pecho en mi espalda, empezó a comerme el cuello mientras sus manos buscaban mis pechos, me soltó el sujetador y comenzó a jugar con mis pezones, uhhmm, que rico, lo que me estaba haciendo.
Yo notaba su pene rozando mi culete, lo puso entre mis piernas y fue buscando la entrada, lentamente su puntita se abría paso entre mis labios sin ayuda de nadie.
Me incliné un poco y noté como su enorme pene iba entrando dentro de mí.
No quería penetrarme del todo, sólo estaba jugando, metía y sacaba su puntita tantas veces como quería. Qué placer más inmenso.
Se sentó en la orilla de la cama y yo delante y me besó por la cintura, comenzó a bajar y me tumbó en la cama.
Seguía llenándome el cuerpo de besos, me separó las piernas y siguió besando mi sexo abriendo mis labios y buscando mi clítoris que estaba ansioso de sus caricias.
Qué boquita más caliente y deliciosa, me hacía flotar, que placer Dios mío, sus manos rozaban mis caderas, aferrándose más a mi sexo, comenzó a introducir sus dedos dentro de mí, sintiendo mi humedad, eso le puso a tope, como estaba, cogí su pene entre mis manos y comencé a acariciarlo hacía arriba y hacia abajo a la vez que mis labios y mi lengua saboreaban su puntita, qué rico como me gustaba eso, cada vez la metía mas adentro, no insistí mucho por que no era algo que le gustase mucho, él prefería verme sentir y gozar a mí, así que se puso encima mío, yo notaba el peso de su cuerpo, su vello me hacía cosquillitas, su pene rozaba mi sexo intentando abrirse paso para penetrarme hasta lo más profundo, su boca se estaba comiendo mis pezones salvajemente y acto seguido justo cuando ya me iba a penetrar subió hasta mi boca me besó y me miró a los ojos mientras me penetraba y me dijo, así mi vida así quieres sentirme, dime que te gusta, dímelo, quiero oírte gemir de placer.
Yo ya no estaba allí, yo estaba flotando, empezó a mover sus caderas encima mío mientras entraba y salía de mi cuerpo, yo sentía como su pene rozaba mis labios cada vez que entraba y salía y llegaba hasta lo más profundo de mi ser, su boca se había apoderado de la mía comencé a sentir un latigazo de calor, me temblaba todo el cuerpo y cuando estaba a punto de llegar, él se paraba, y así unas cuantas veces, alargando mi placer hasta el infinito y seguía penetrándome ahora salvajemente cuando noté que se puso rígido y cerró los ojos agarrando mi pelo entre sus manos y nos unimos en un orgasmo salvaje proporcionado por sus movimientos pélvicos, creí llegar al séptimo cielo.
Nos quedamos así, él encima mío abrazados escuchando el latido de nuestros corazones.......
Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
holita ya estoy aqui, jejej solo me he leido el primero y de momento no leo más que estamos en horas de trabajo y esto es muy peligroso, ejejej
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Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
pocaspecas escribió:holita ya estoy aqui, jejej solo me he leido el primero y de momento no leo más que estamos en horas de trabajo y esto es muy peligroso, ejejej
Pocaspecas, ten cuidado no te me vayas a calentar demasiado en el trabajo y tengamos que hacer trabajos manuales.
Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
JAJAJ, LUEGO ME LEO OTRO, QUE TENGO A TARZAN A MI LADO
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Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
Cuelgo otro mío, a ver que os parece.
Acababa de bajarme del autobús cuando vi a lo lejos al marido de mi amiga. Ella no había podido venir a buscarme y él se ofreció pues más o menos a esa hora salía de trabajar y podíamos ir juntos para su casa.
No se que tenía este hombre que me atraía tanto, sería el morbazo de querer y no poder o de poder y no querer, por que cualquiera de las dos formas se podía aplicar a nuestra situación.
Se acercó hasta mí y acariciándome el brazo, me dio un beso en los labios, saludo que hacíamos si no había nadie delante.
Ya sabíamos que no podría haber nada entre nosotros, yo por que quiero a mi marido y por que es el marido de mi amiga y él por que me dijo que cualquiera se metía entre nosotras dos, no quería salir escaldado.
Pero el morbo nos podía y de vez en cuando chateábamos y nos decíamos de todo, para luego despedirnos como buenos amigos.
Su propósito era llevarme a un local de intercambio aunque él no me hiciese nada, sólo mirarme.
Y ese debía de ser el plan de mi amiga, por lo que me dijo ella cuando llegamos .
Nos fuimos para su casa y pasamos una velada agradable mientras cenábamos, luego su hijo se fue a dormir a casa de un amigo y nosotros como dijo mi amiga nos preparamos para ir al local de intercambio.
Mi amiga me dijo que iba a estrenar su nueva lencería y salió por la puerta de la habitación cual modelo de pasarela con su tanga y sujetador totalmente depiladita y con sus uñitas pintadas y le dije, ya te vale, pareces una quinceañera con zapatos nuevos.
Como no sabía lo que iba a pasar, por si las moscas hice lo mismo, me puse mi lencería color celeste y realicé también mi desfile por el pasillo, a esto que salió su marido del despacho y se nos quedó mirando y dijo que qué peligro teníamos las dos juntas y que lo íbamos a volver loco como no nos metiéramos pronto en la habitación.
Nos terminamos de preparar y nos fuimos hacia el local.
A primera vista un hombre y dos mujeres entrando por la puerta prometía bastante a las mentes calenturientas que nos vieron entrar, nada más lejos de la realidad, ellos iban a pasárselo bien y yo a mirar o algo más, no sabía todavía lo que me pediría el cuerpo.
Ellos fueron a cambiarse y a por sus toallas y yo me quedé en la barra mirando el panorama.
Ni que decir tiene que el ambiente ya estaba bastante caldeado, cuerpos desnudos gimiendo, besándose, manos tocando pechos, culos y penes por doquier, madre mía, que calentón me estaba entrando, y eso que sólo iba a mirar, eso me decía mi mente, mi cuerpo me estaba pidiendo otra cosa.
Vi como un hombre se aferraba con sus manos a la pelvis de una mujer y le comía su clítoris, mientras ella estaba siendo penetrada por detrás y ella a la vez le chupaba el pene a otro con tal maestría que yo no pude por menos que esperar el desenlace que no tardó mucho, porque empezó a jadear y a mover sus caderas y deduje que estaba a punto de tener un espléndido orgasmo.
Una vez hubo llegado cada uno se fue a buscar placer a otro sitio, así hasta que acabasen agotados de tanto placer.
En esto que aparecieron mis amigos enrollados en sus toallas, él me animaba a que entrase, qué ganas me tenía el muy cabroncete, se fueron en busca de un sitio en las colchonetas y se tumbaron.
Algunas parejas se les quedaron mirando y sonrieron, a la vez que se acercaban a ellos.
Empezaron a besarse y acariciarse mirando lo que hacían los de alrededor, mi amiga se tumbó y él comenzó a comerle los pezones y a la vez me miraba, no me lo podía creer, se había propuesto provocarme y excitarme y por todos los santos que lo estaba consiguiendo.
Continuó besando a mi amiga por todo el cuerpo bajando hasta su sexo y comenzó a comerle su clítoris, otro hombre pidió permiso para incluirse con la pareja, a lo que contestaron que sí, entonces le ofreció su pene a mi amiga y ella empezó a juguetear con él y a metérselo en la boca, mientras otra mujer pidió permiso para agregarse al grupo, fue admitida y ella empezó a acariciar a mi amigo, le tocaba los testículos, siguió por el pene y comenzó a meneárselo y a chuparselo como si le fuera la vida en ello.
Él me miró como diciendo, mira lo que te estás perdiendo, como vi que estaban ya enfrascados en sus placeres me fui a cambiarme yo también, no sabía si al final haría algo o sólo miraría pero no me apetecía quedarme afuera, así que me cambié de ropa y salí enfundada en mi toalla.
Me fui dando una vuelta por todo el local, no había visto nada igual en mi vida, tanto placer, sexo, vicio y desenfreno.
En una sala una rubia explosiva estaba disfrutando como una loca de cinco hombres, todos a su disposición, no paraba de gemir, tenía a uno penetrando por su sexo, otro por su culete, un pene en cada mano y otro en su boca, así que más ocupada no podía estar.
Uno me miró y me hizo una señal que si quería participar, me puse colorada como un tomate y le dije que no, le dije que era la primera vez que venía a un sitio de estos y que todavía me estaba acostumbrando a lo que veía, el me contestó que si me decidía, él me podía dar mucho placer y hacerme muy felíz, cosa que no dudé en ningún momento, madre del amor hermoso que pene tenía.
Me fui de allí y seguí mirando por las demás salas, a estas alturas yo ya estaba con mi excitación a tope y podía pasar ya cualquier cosa.
Encontré una sala que estaba oscura, me imaginé que era el cuarto oscuro al que tanto se refería mi amiga, donde la gente entra a tocarse y demás pero no ve con quien lo hace.
Me picó la curiosidad y entré adentro.
El suelo era blandito me imaginé que eran colchonetas, se veían algunas sombras, pero imposible descubrir si hombre o mujer, se oían jadeos y gemidos y alguna risita al fondo, vi alguien más entraba a la sala, no sé cuantas personas podíamos estar allí adentro.
Me senté en una colchoneta y rocé con alguien, alcé la mano al frente y toqué un pecho, por Dios, dije, es una mujer, en esto que me pusieron una mano en el hombro, que siguió acariciándome por la espalda, me imagino que para tantear si iba a ser rechazado o no.
Siguió con su mano por la nalga hasta llegar casi a mi sexo por detrás, cerré las piernas instintivamente y me dijo susurrando, chussss, tranquila, que no te voy hacer daño.
Me acarició el pelo, la cara, me cogió de las manos y me acercó hacia él, me extrañó mucho que hiciera eso, por que mis amigos me habían dicho que allí la gente va al grano, pero bueno, en cierta manera lo agradecí que tuviera el tacto de no asaltarme a la primera de cambio.
Olía muy bien, me recordaba a alguien, pero ahora no sabía a quien.
Buscó mis pezones y comenzó a pellizcarlos y a saborearlos suavemente con su lengua, qué gusto me estaba dando, mi imaginación estaba disfrutando de lo lindo.
Fue bajando su mano hasta mi sexo y comprobó que estaba húmeda y dijo uuhhmm, ¡como estás chiquilla!, me tumbó en la colchoneta y comenzó a comerme igual que si estuviera hambriento de mí, separaba mis labios y buscaba mi clítoris y lo absorbía una y otra vez, proporcionándome un placer indescriptible, yo intentaba imaginarme cómo sería su cara y su cuerpo, él seguía saboreándome y comenzó a introducir sus dedos dentro de mí proporcionándome un placer más intenso, entraba y salía girando sus dedos dentro de mi sexo.
Entonces cambiamos de posición, él se tumbó en la colchoneta y no me puse encima de él con las piernas abiertas y sujetando su pene con mi mano comencé a jugar con su puntita con mis labios y mi clítoris, frotándola suavemente, lo sentía muy caliente y suave, me estaba haciendo sentir mil y una sensaciones, imaginándome lo que iba a hacer después.
Comencé a introducir su puntita dentro de mí, la sacaba, la metía, así durante un buen rato, a él lo oía gemir y respirar agitado, pero no me decía nada, hasta que un viaje introduje dentro de mí todo su pene y me agarró de las caderas y me dijo, quieta loba, eso me recordó a alguien, pero no podía ser, pensé.
Una vez dentro de mí comencé a jugar con mis caderas encima de él, entraba y salía a mi antojo, me penetraba profundamente, hasta que un chico preguntó si se podía unir a la fiesta, a lo que él respondió que no dependía de él.
Le dije que me podía acariciar y así se situó detrás de mí y comenzó a jugar con su pene entre mis nalgas.
Comenzó a buscar mi culete con su puntita, cuando salía uno de mi sexo entraba el otro, me dijo que si me apetecía una penetración doble y le dije que sí, porqué no.
Primero me penetro el de abajo y seguido fue introduciendo el otro su pene poco a poco dentro de mí, no entraba de gorda que estaba, yo me sentía plena, a punto de estallar, cuánto placer junto, me incliné hacia adelante para que me pudiera penetrar mejor por detrás así el de abajo comenzó a comerme los pechos, mientras era penetrada por los dos a la vez.
Comenzaron a moverse dentro de mí, con una maestría sin igual, compenetrados los dos entraban y salían empujando hasta el fondo, el propio roce de ellos en mi interior los estaba poniendo a tope, en un momento noté una oleada de placer que me recorría todo el cuerpo, sentía que estaba a punto de llegar, esa sensación de placer me llegaba cada vez que el de atrás metía y sacaba su puntita dentro de mí.
Llegó un momento en que me sentí flotar, ya no controlaba mis sentidos y me abandoné al más salvaje y placentero de mis orgasmos, penetrada por los dos lados, acariciándome el clítoris y pellizcando mis pechos sentí como ellos se abandonaban también al mayor de sus placeres uniéndonos los tres en un orgasmo brutal.
Cuando nos separamos los tres, cada uno de ellos me dio un beso, el de por detrás me dijo que había sido un placer y se fue, el otro me abrazó y me dio un beso y me dijo hasta luego.
Me quedé allí intuyendo como se alejaban, me levanté y salí a ducharme.
Afuera en una colchoneta encontré a mi amiga liada con dos chicos y una chica, joer que marcha llevaba, pero no vi a su marido, seguro que estaba por ahí disfrutando de la noche.
Me duché y me fui a la barra a pedir tomar algo mientras esperaba a que ellos saliesen.
Mientras veía como se rozaban unos cuerpos con otros, entre gritos y gemidos, y entonces vi salir al marido de mi amiga, vino hacia mí y me miró a los ojos, tenía un brillo especial, seguido apareció mi amiga que venía con una sonrisa de oreja a oreja.
Le preguntó a su marido que qué tal se lo había pasado en el cuarto oscuro, yo me quedé blanca, él se sonrió, y contestó que como nunca, entonces mi amiga me preguntó que donde había estado y le dije que por ahí, curioseando por las habitaciones y luego con un par de chicos.
Me dijo, pillina, al final te has animado.
Yo temblaba toda, y si uno de ellos había sido el marido de mi amiga, casi estaba segura de que sí, por que ese olor que me recordaba a alguien, era igual que como olía él y algunas palabras de las que dijo, lo notaba en su mirada.
Acababa de bajarme del autobús cuando vi a lo lejos al marido de mi amiga. Ella no había podido venir a buscarme y él se ofreció pues más o menos a esa hora salía de trabajar y podíamos ir juntos para su casa.
No se que tenía este hombre que me atraía tanto, sería el morbazo de querer y no poder o de poder y no querer, por que cualquiera de las dos formas se podía aplicar a nuestra situación.
Se acercó hasta mí y acariciándome el brazo, me dio un beso en los labios, saludo que hacíamos si no había nadie delante.
Ya sabíamos que no podría haber nada entre nosotros, yo por que quiero a mi marido y por que es el marido de mi amiga y él por que me dijo que cualquiera se metía entre nosotras dos, no quería salir escaldado.
Pero el morbo nos podía y de vez en cuando chateábamos y nos decíamos de todo, para luego despedirnos como buenos amigos.
Su propósito era llevarme a un local de intercambio aunque él no me hiciese nada, sólo mirarme.
Y ese debía de ser el plan de mi amiga, por lo que me dijo ella cuando llegamos .
Nos fuimos para su casa y pasamos una velada agradable mientras cenábamos, luego su hijo se fue a dormir a casa de un amigo y nosotros como dijo mi amiga nos preparamos para ir al local de intercambio.
Mi amiga me dijo que iba a estrenar su nueva lencería y salió por la puerta de la habitación cual modelo de pasarela con su tanga y sujetador totalmente depiladita y con sus uñitas pintadas y le dije, ya te vale, pareces una quinceañera con zapatos nuevos.
Como no sabía lo que iba a pasar, por si las moscas hice lo mismo, me puse mi lencería color celeste y realicé también mi desfile por el pasillo, a esto que salió su marido del despacho y se nos quedó mirando y dijo que qué peligro teníamos las dos juntas y que lo íbamos a volver loco como no nos metiéramos pronto en la habitación.
Nos terminamos de preparar y nos fuimos hacia el local.
A primera vista un hombre y dos mujeres entrando por la puerta prometía bastante a las mentes calenturientas que nos vieron entrar, nada más lejos de la realidad, ellos iban a pasárselo bien y yo a mirar o algo más, no sabía todavía lo que me pediría el cuerpo.
Ellos fueron a cambiarse y a por sus toallas y yo me quedé en la barra mirando el panorama.
Ni que decir tiene que el ambiente ya estaba bastante caldeado, cuerpos desnudos gimiendo, besándose, manos tocando pechos, culos y penes por doquier, madre mía, que calentón me estaba entrando, y eso que sólo iba a mirar, eso me decía mi mente, mi cuerpo me estaba pidiendo otra cosa.
Vi como un hombre se aferraba con sus manos a la pelvis de una mujer y le comía su clítoris, mientras ella estaba siendo penetrada por detrás y ella a la vez le chupaba el pene a otro con tal maestría que yo no pude por menos que esperar el desenlace que no tardó mucho, porque empezó a jadear y a mover sus caderas y deduje que estaba a punto de tener un espléndido orgasmo.
Una vez hubo llegado cada uno se fue a buscar placer a otro sitio, así hasta que acabasen agotados de tanto placer.
En esto que aparecieron mis amigos enrollados en sus toallas, él me animaba a que entrase, qué ganas me tenía el muy cabroncete, se fueron en busca de un sitio en las colchonetas y se tumbaron.
Algunas parejas se les quedaron mirando y sonrieron, a la vez que se acercaban a ellos.
Empezaron a besarse y acariciarse mirando lo que hacían los de alrededor, mi amiga se tumbó y él comenzó a comerle los pezones y a la vez me miraba, no me lo podía creer, se había propuesto provocarme y excitarme y por todos los santos que lo estaba consiguiendo.
Continuó besando a mi amiga por todo el cuerpo bajando hasta su sexo y comenzó a comerle su clítoris, otro hombre pidió permiso para incluirse con la pareja, a lo que contestaron que sí, entonces le ofreció su pene a mi amiga y ella empezó a juguetear con él y a metérselo en la boca, mientras otra mujer pidió permiso para agregarse al grupo, fue admitida y ella empezó a acariciar a mi amigo, le tocaba los testículos, siguió por el pene y comenzó a meneárselo y a chuparselo como si le fuera la vida en ello.
Él me miró como diciendo, mira lo que te estás perdiendo, como vi que estaban ya enfrascados en sus placeres me fui a cambiarme yo también, no sabía si al final haría algo o sólo miraría pero no me apetecía quedarme afuera, así que me cambié de ropa y salí enfundada en mi toalla.
Me fui dando una vuelta por todo el local, no había visto nada igual en mi vida, tanto placer, sexo, vicio y desenfreno.
En una sala una rubia explosiva estaba disfrutando como una loca de cinco hombres, todos a su disposición, no paraba de gemir, tenía a uno penetrando por su sexo, otro por su culete, un pene en cada mano y otro en su boca, así que más ocupada no podía estar.
Uno me miró y me hizo una señal que si quería participar, me puse colorada como un tomate y le dije que no, le dije que era la primera vez que venía a un sitio de estos y que todavía me estaba acostumbrando a lo que veía, el me contestó que si me decidía, él me podía dar mucho placer y hacerme muy felíz, cosa que no dudé en ningún momento, madre del amor hermoso que pene tenía.
Me fui de allí y seguí mirando por las demás salas, a estas alturas yo ya estaba con mi excitación a tope y podía pasar ya cualquier cosa.
Encontré una sala que estaba oscura, me imaginé que era el cuarto oscuro al que tanto se refería mi amiga, donde la gente entra a tocarse y demás pero no ve con quien lo hace.
Me picó la curiosidad y entré adentro.
El suelo era blandito me imaginé que eran colchonetas, se veían algunas sombras, pero imposible descubrir si hombre o mujer, se oían jadeos y gemidos y alguna risita al fondo, vi alguien más entraba a la sala, no sé cuantas personas podíamos estar allí adentro.
Me senté en una colchoneta y rocé con alguien, alcé la mano al frente y toqué un pecho, por Dios, dije, es una mujer, en esto que me pusieron una mano en el hombro, que siguió acariciándome por la espalda, me imagino que para tantear si iba a ser rechazado o no.
Siguió con su mano por la nalga hasta llegar casi a mi sexo por detrás, cerré las piernas instintivamente y me dijo susurrando, chussss, tranquila, que no te voy hacer daño.
Me acarició el pelo, la cara, me cogió de las manos y me acercó hacia él, me extrañó mucho que hiciera eso, por que mis amigos me habían dicho que allí la gente va al grano, pero bueno, en cierta manera lo agradecí que tuviera el tacto de no asaltarme a la primera de cambio.
Olía muy bien, me recordaba a alguien, pero ahora no sabía a quien.
Buscó mis pezones y comenzó a pellizcarlos y a saborearlos suavemente con su lengua, qué gusto me estaba dando, mi imaginación estaba disfrutando de lo lindo.
Fue bajando su mano hasta mi sexo y comprobó que estaba húmeda y dijo uuhhmm, ¡como estás chiquilla!, me tumbó en la colchoneta y comenzó a comerme igual que si estuviera hambriento de mí, separaba mis labios y buscaba mi clítoris y lo absorbía una y otra vez, proporcionándome un placer indescriptible, yo intentaba imaginarme cómo sería su cara y su cuerpo, él seguía saboreándome y comenzó a introducir sus dedos dentro de mí proporcionándome un placer más intenso, entraba y salía girando sus dedos dentro de mi sexo.
Entonces cambiamos de posición, él se tumbó en la colchoneta y no me puse encima de él con las piernas abiertas y sujetando su pene con mi mano comencé a jugar con su puntita con mis labios y mi clítoris, frotándola suavemente, lo sentía muy caliente y suave, me estaba haciendo sentir mil y una sensaciones, imaginándome lo que iba a hacer después.
Comencé a introducir su puntita dentro de mí, la sacaba, la metía, así durante un buen rato, a él lo oía gemir y respirar agitado, pero no me decía nada, hasta que un viaje introduje dentro de mí todo su pene y me agarró de las caderas y me dijo, quieta loba, eso me recordó a alguien, pero no podía ser, pensé.
Una vez dentro de mí comencé a jugar con mis caderas encima de él, entraba y salía a mi antojo, me penetraba profundamente, hasta que un chico preguntó si se podía unir a la fiesta, a lo que él respondió que no dependía de él.
Le dije que me podía acariciar y así se situó detrás de mí y comenzó a jugar con su pene entre mis nalgas.
Comenzó a buscar mi culete con su puntita, cuando salía uno de mi sexo entraba el otro, me dijo que si me apetecía una penetración doble y le dije que sí, porqué no.
Primero me penetro el de abajo y seguido fue introduciendo el otro su pene poco a poco dentro de mí, no entraba de gorda que estaba, yo me sentía plena, a punto de estallar, cuánto placer junto, me incliné hacia adelante para que me pudiera penetrar mejor por detrás así el de abajo comenzó a comerme los pechos, mientras era penetrada por los dos a la vez.
Comenzaron a moverse dentro de mí, con una maestría sin igual, compenetrados los dos entraban y salían empujando hasta el fondo, el propio roce de ellos en mi interior los estaba poniendo a tope, en un momento noté una oleada de placer que me recorría todo el cuerpo, sentía que estaba a punto de llegar, esa sensación de placer me llegaba cada vez que el de atrás metía y sacaba su puntita dentro de mí.
Llegó un momento en que me sentí flotar, ya no controlaba mis sentidos y me abandoné al más salvaje y placentero de mis orgasmos, penetrada por los dos lados, acariciándome el clítoris y pellizcando mis pechos sentí como ellos se abandonaban también al mayor de sus placeres uniéndonos los tres en un orgasmo brutal.
Cuando nos separamos los tres, cada uno de ellos me dio un beso, el de por detrás me dijo que había sido un placer y se fue, el otro me abrazó y me dio un beso y me dijo hasta luego.
Me quedé allí intuyendo como se alejaban, me levanté y salí a ducharme.
Afuera en una colchoneta encontré a mi amiga liada con dos chicos y una chica, joer que marcha llevaba, pero no vi a su marido, seguro que estaba por ahí disfrutando de la noche.
Me duché y me fui a la barra a pedir tomar algo mientras esperaba a que ellos saliesen.
Mientras veía como se rozaban unos cuerpos con otros, entre gritos y gemidos, y entonces vi salir al marido de mi amiga, vino hacia mí y me miró a los ojos, tenía un brillo especial, seguido apareció mi amiga que venía con una sonrisa de oreja a oreja.
Le preguntó a su marido que qué tal se lo había pasado en el cuarto oscuro, yo me quedé blanca, él se sonrió, y contestó que como nunca, entonces mi amiga me preguntó que donde había estado y le dije que por ahí, curioseando por las habitaciones y luego con un par de chicos.
Me dijo, pillina, al final te has animado.
Yo temblaba toda, y si uno de ellos había sido el marido de mi amiga, casi estaba segura de que sí, por que ese olor que me recordaba a alguien, era igual que como olía él y algunas palabras de las que dijo, lo notaba en su mirada.
Última edición por Admin el Jue Sep 24, 2009 6:56 am, editado 1 vez
Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
Pero será bandido.
Vale, a ver si se me ocurre algo, pero cuidado, que esto se convierte en vicio.
Vale, a ver si se me ocurre algo, pero cuidado, que esto se convierte en vicio.
Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
Admin escribió:VISITA SORPRESA
Me acaba de quedar sola y ya estaba disfrutando de mi primer fin de semana libre.
Mi marido y mis hijos se iban al pueblo a disfrutar de la naturaleza y yo tenía que acabar unos trabajos y así respirábamos un poco los unos de los otros.
Lo primero que pensé que iba ha hacer era darme una duchita, ponerme una película antigua de las que me gustan, pediría comida china y me tumbaría relajadita en el sofá .
Todavía no había entrado en casa y sonó el móvil.
Dije vaya, seguro que se han dejado algo.
¿Sí? Pregunté.
Y al otro lado del teléfono sonó una voz que no me era conocida, así que no eran ellos.
Hola. Eres Susana, me preguntó. Pensé yo, joer pues me conoce. Sí, quién eres?
Soy Raúl, como ves te dije que te iba a llamar y he cumplido.
¿Raúl? ¡Ah! Raúl, mucho gusto, me alegra oír tu voz , y me dijo, yo también tenía ganas de oírte y poder hablar.
Por eso te llamaba, he tenido que salir de viaje por negocios a Burgos y me he acercado hasta tu ciudad.
Será una broma, pensé yo y él seguía hablando, no se que me estaba diciendo de buscar algo para dormir y entonces le dije que se viniera a mi casa que tenía sitio y así podíamos hablar y cenar juntos.
Quedamos en la plaza del Ayuntamiento, en 10 minutos vi llegar un taxi y salir de él a un chico bastante alto, moreno ,con porte atlético y pelo oscuro, pagó al taxista y alzó la mirada buscándome y al verme me sonrió.
Qué atractivo era leñe, me subía un cosquilleo por la espalda de las cosas que se me estaban pasando por la cabeza.
Se acercó hasta mí y me dio dos besos y estrechó su mano cálida con la mía, me miró de arriba a bajo, me imagino que dando o no su aprobación a mi persona, igual que había hecho yo con él.
Nos fuimos caminando hasta mi casa y él me preguntó que qué le había dicho a mi marido, a lo que yo le contesté que estaba sola y se habían ido de viaje.
Una sonrisa se dibujó en su cara.
Y pensé yo, que se estará imaginando que me va ha hacer. Son todos iguales.
Llegamos a casa, le enseñé su habitación y me dijo que quería ducharse ,le di las toallas y me salí fuera.
Me puse a preparar la mesa para la cena y de repente me entró la curiosidad. Me fui a la puerta del baño y me puse a espiarle, vi su silueta a través de la mampara, su cuerpo esbelto y bien formado, ese torso duro lleno de vello y culete bien formado, empecé a excitarme con la idea de meterme a la ducha con él, arriesgándome a que me mandase fuera.
Me quité el pantalón y la camiseta y me metí en el baño en ropa interior.
Una vez dentro él se volvió para ver que pasaba y entonces ante su mirada me quité el sujetador dejando libres a su mirada mis pechos y acto seguido me quité las braguitas.
Abrí la mampara y me metí dentro rozando mi culete con su pene.
Nos miramos a los ojos durante un rato como buscando alguna respuesta, pero ninguno de los dos dijo nada, me cogió la cabeza con sus manos y me rozó mis labios con los suyos suavemente para terminar con un beso abrasador.
Cogí la esponja jabonosa y empecé a frotarle por todo el cuerpo y luego con mis manos fui acariciándole por sus nalgas , la espalda ,el pecho ,bajé a su entrepierna y empecé a acariciarle los testículos con la suavidad de la espuma, iba subiendo y bajando suavemente con mi mano mientras empezaba a comerme la puntita de su pene, oí un gemido de placer y seguí meneándosela más fuerte, durante bastante rato hasta que me dijo que parase.
Entonces empezó a jabonarme él a mí, una vez me hubo frotado con la esponja se situó detrás de mí presionando mis nalgas contra su pene y empezó a acariciarme los pechos y a juguetear con mis pezones que se pusieron erectos con sus caricias.
Mientras me acariciaba con una mano el pezón, con la otra fue bajando por mi vientre hasta llegar a mi entrepierna aprisionando mi sexo , él por detrás iba subiendo y bajando su pene entre mis nalgas.
Me giró y comenzó a comerse mis pezones y a mordisquearlos apretando con sus manos mi culete.
Fue bajando hasta situar su boca a la altura de mi sexo y noté la puntita caliente de su lengua en mi clítoris ,entreabrí mis piernas y con una mano empezó a acariciar mi sexo mientras me chupaba con su lengua absorbiendo mi clítoris, yo loca de placer apretaba su cabeza hacia mi cuerpo como pidiéndole más ,entonces introdujo sus dedos dentro de mí hasta lo más profundo de mi ser produciéndome una oleada de placer con sus dedos y con su lengua, moviéndolo dentro de mí con gran maestría ,saboreando mi clítoris ,así hasta que ya no aguanté más y estallé en un orgasmo interminable y brutal que hacía estremecer todo mi cuerpo hasta dejarme exhausta.
Entonces me giró y agachándome puse mi culete a su disposición y con sus dedos separó los labios para permitir la entrada de su largo y gordo pene que introdujo hasta lo más profundo dentro de mí lenta y suavemente al principio, luego agarrándome por las caderas empezó a embestirme salvajemente como a mí me gusta, por que después de haber llegado el placer de la penetración es mayor, no sé las veces que llegó a salir y a entrar dentro de mí, rozando la punta de su pene con la profundidad de mi interior, cada vez era más placentero, como si estuviera todo el rato a punto de llegar hasta que un viaje noté como se ponía tenso y más duro dentro de mí, igual que si estuviera atravesada por una flecha , entonces sacó su pene y empezó a penetrarme muy suavemente por el culete, luego volvió a mi sexo, otra vez a mi culete hasta que fue permitiendo su total entrada y continuó penetrándome por los dos sitios , a mí cada vez me gustaba más esa doble penetración me vuelve loca de placer y le dije que llegase por cualquiera de las dos, me volvió a penetrar por mi sexo y en una de sus penetraciones profundas nos unimos en un salvaje y explosivo orgasmo que me hizo tocar el cielo, haciendo temblar mi cuerpo y gemir de placer.
Cuando me giré nos abrazamos y nos besamos apasionadamente , terminamos de ducharnos y nos pusimos a cenar y a ver una película.
Después de dos horas descansando en el sofá nos fuimos a la cama...........
2ª PARTE VISITA SORPRESA
Una vez terminada la película decidimos irnos a dormir, él estaba agotado por el viaje y por la ducha ,jejeje, así que le indiqué donde estaba el cuarto de invitados, y se puso a sacar algunos enseres de la maleta.
Yo me fui al baño y mientras me daba mis cremas, me vi en el espejo, mis pensamientos zumbaban por mi cabeza sin control.
¿Qué estaba haciendo?¿Dónde estaba aquella mujer que nunca había sido infiel y nunca lo iba a ser?¿Qué había cambiado en mí?
Esas preguntas me carcomían, pero había otras que me tenían más preocupada, ¿Qué pensaría él de mí?¿Pensaría que al final somos todas iguales y que no merecíamos ninguna la pena?¿Y si una vez me hubiese conseguido pasaría de mí?¿Seguiría nuestra amistad después de todo esto?
Me daba miedo esta situación por que no quería perderle como amigo, pero ya habíamos pasado la barrera de la amistad y ahora esto no sé donde nos situaba y si tendría retorno.
También es verdad, que viviendo tan lejos, muchas oportunidades tampoco tendríamos para vernos, así que seguro que todo se quedaría en amistad, a no ser que él quisiera algo más de mí, cosa que dudaba por que él nunca había insinuado nada al respecto.
Igual él estaba más acostumbrado a esta clase de relaciones con las mujeres. Me daba a mí que yo no era la primera, eso lo sabía, me lo había contado él cuando casi no le conocía de nada, ni tampoco iba a ser la última.
Y tampoco me atrevía a preguntárselo, no era yo quien para meterme en esos asuntos .¿O sí?
Tampoco estaba seguro de lo que sentía él realmente por su mujer, sabía que estaba herido por lo que le había hecho ella, si la persona a la que amas te dice que ya no te quiere y eso le dura bastantes meses, es muy difícil creer que de un día para otro te ama con locura otra vez, yo no sabía si él la amaba a ella como tienen que amarse dos personas que deciden pasar el resto de sus vidas juntos.
En cambio yo por mi marido sí me sentía amada.
Terminé de lavarme los dientes, me perfumé como siempre con unas gotas de Azahar y me dirigí a la habitación.
Estaba recostado de medio lado, mirando hacia la puerta, esperando mi entrada, mi camisoncito semitransparente le dejaba poco a la imaginación.
Tenía medio cuerpo desnudo, podía ver su pecho lleno de bello rizado, uhhmm, cómo me gustaba a mí eso.
Su mirada buscaba la mía, pero me daba vergüenza mirarle a los ojos, me acerqué a él, lo primero que hizo desaparecer fue el camisón, dijo que muy bonito pero que no lo necesitaba, me metí en la cama y pegué mi cuerpo al suyo.
Estaba muy caliente, él acercó mi cabeza hacia sí y olió mi pelo, me dijo que le gustaba ese olor de Azahar.
Empezó a acariciarme lentamente, empezando por mi hombro, bajando por mi espalda hasta llegar a mis nalgas, mi muslo, pasó su mano por delante y empezó a subir por mi muslo rozando casi mi sexo, cuanto sabía, subió por mi vientre hasta llegar a mi pecho.
Cuando llegó su mano hasta él lo aprisiono, lo apretó y saboreó mi pezón durante un rato, el suficiente para poner todas mis sentidos en alerta de lo que me iba a pasar a continuación.
Sus ojos buscaron mi mirada, le encantaba verme gemir, me decía que eso le ponía lo que más, mi cara de vicio, de placer.
Me tumbó en la cama me aprisionó el otro pecho y empezó a pasar su lengua y sus labios primero por un pezón y luego por otro.
Por Dios, esto que era , un premio o un castigo, me daba igual, pensaba soportarlo fuese lo que fuese.
Su lengua abandonó mis pechos y mientras sus manos seguían jugando con mis pezones, endureciéndolos a más no poder, su boca fue a buscar otro lugar de donde sacar más gemidos míos.
Empezó a bajar por mi vientre hasta llegar a mi sexo.
Yo ya tenía que estar como la miel, metió la puntita de su lengua al principio de mis labios y enseguida lo encontró.
Empezó a besarlo y a saborearlo, Dios mío de mi vida, este hombre me iba a volver loca de placer, y eso que no habíamos casi empezado.
Sus dedos pellizcaban mis pezones y su boca saboreaba mi clítoris sin clemencia , hasta que decidió dar el siguiente paso.
Bajó sus manos hasta mis caderas y me arrastró hasta situar mi culete al borde de la cama.
Se arrodilló en la alfombra y delicadamente separó mis piernas y luego mis labios, yo no veía lo que hacía, sólo sé que sentí un placer inmenso cuando noté que metió su lengua dentro de mí, bueno, indescriptible, que caliente, me sobresalté de tanto placer, que gusto por Dios, ¿que me estaba haciendo?, metía y sacaba su lengua de dentro de mí a la vez que me tocaba el clítoris con sus dedos, si seguía así yo iba a durar muy poco.
Acto seguido metió dos dedos muy despacio dentro de mí, mientras comenzó a comerme mi clítoris, me penetraba con sus dedos cada vez más deprisa, él me decía, aguántate mi vida, quiero que te aguantes todo lo que puedas, aquí ya decidí abandonarme al placer más exquisito que había sentido nunca, esa sensación de que está a punto de llegar la tenía todo el rato, no sé ni como me aguantaba hasta que no pude más y comencé a gemir y convulsionarme al son de sus movimientos, el orgasmo era bestial y salvaje, se me hizo interminable, acabé agotada y sudorosa, ahora me tocaba a mí, se iba a enterar.
Cambiamos de postura, se tumbo de la misma forma que había estado yo, y ahora era yo la que estaba de rodillas en la alfombra y él en la orilla de la cama.
Tenía ante mí y entre mis manos su pene duro, gordo y rígido , desafiándome.
Comencé a acariciarle por el periné, los testículos, con la otra mano acariciaba su suave pene, hacia arriba y hacia abajo , seguido durante unas cuantas veces y comencé a chuparle su puntita, una vez leí que esto no solía entusiasmarle mucho, así que igual en cualquier momento me sentía rechaza, de momento no dijo nada y me dejaba hacer, se puso una almohada debajo de la cabeza para no perderse ningún movimiento.
Mientras le acariciaba y saboreaba su miembro viril me miraba fijamente y de vez en cuando cerraba los ojos gimiendo de placer, me decía que era una loba insaciable, que lo volvía loco, que me iba a poseer como no había poseído nunca a ninguna mujer.
Yo cada vez me estaba poniendo más cachonda con esas cosas que me decía. Seguía chupando su glande muy suavemente con la puntita de mi lengua y pasaba mis labios, luego metía su pene hasta el fondo de mi boca y lo sacaba para meneárselo rápido y fuerte, para volver a chupárselo suavemente así hasta que me dijo que si quería disfrutar de él de otra manera que me parase.
Me levante y me situé encima de él, notaba el calor de su pene entre mis labios, cogió mi cara entre sus manos y buscó mis labios, mi boca , mi lengua y acto seguido me besó por toda la cara para volver otra vez a mis labios, luego bajó sus manos y sujetando su pene con una abrió mis labios con la otra y me fue penetrando suavemente, hasta llegar a lo más profundo, me dijo, ni te muevas, estate quietecita, quiero disfrutar de este momento tan placentero y tan esperado.
Comenzó a entrar y salir en mi sexo suavemente, yo empecé a mover mis caderas encima de él, tenía un brillo especial en los ojos, era deseo, pasión lo que veía en ellos, estaban hambrientos de mí.
Me cambié de postura me puse de espaldas a él y metiendo una pierna entre sus piernas, me puse encima de su pene y me volvió a penetrar otra vez.
Esta vez el roce era diferente, era como si me penetrase por detrás.
Me senté encima de él para tener penetración profunda, que placer, Dios mío, comencé a moverme en círculos, con su miembro saliendo y entrando hasta lo más profundo, yo estaba muy húmeda y caliente, empecé a tocarme mi clítoris, y él enseguida lo notó, me dijo que me había calentado por dentro y que no iba a aguantar mucho más, así que metida ya en esa oleada de placer que te avisa de lo que va a llegar a continuación seguí moviendo mi caderas con su pene dentro rozando por todos los lados de gordo que se había puesto sólo para darme placer a mí.
En un momento se agarró fuerte a mis caderas apretándome hacía sí y noté la dureza de su pene dentro de mí, eso me excitó aún más, el oírle jadear y saber que estaba a punto de llegar cuando me llegó a mí también la oleada de calor y placer, y nos unimos en un orgasmo salvaje y brutal que me hizo perder los sentidos, el mío fue largo, larguísimo, interminable, eterno, él seguía agarrado a mis caderas, manejándolas a su antojo y disfrutando de los últimos coletazos de placer que le llegaban al notar su pene rozando en la profundidad de mi interior, hasta que los caímos agotados de costado en la cama.
Se pegó a mi espalda y me tapó con la sábana, no me soltaba, me dijo que me estuviese quietecita que no quería salir todavía de dentro de mí.
Última edición por Lara Croft el Jue Dic 10, 2009 1:38 pm, editado 1 vez
Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
Ahora cuelgo un relato enviado por un forero anónimo.
LO QUE NO OCURRIÓ
Nos vimos por primera y única vez hace unos meses y la verdad es que no ocurrió lo que os voy a contar. Bueno antes de nada me presento, me llamo Juan y ella…, sí, digamos que se llama Sonia.
Nos conocimos casualmente en un foro. La verdad es que en los foros la gente siempre se conoce así, casualmente.
Sonia es una mujer de unos cuarenta años, bonita, esbelta, de presencia muy agradable, extrovertida y con una conversación muy amena, tanto que uno no llega a saber si gusta más por su físico que por sus maneras, conversación y trato agradables. Vive en una ciudad que dista unos cuantos cientos de kms de Madrid, donde yo vivo.
De conocernos en el foro pasamos a darnos nuestros respectivos msn. A partir de ahí coincidíamos casi a diario a través del msn. No se si era pura coincidencia por cuanto a ella respecta, porque en cuanto a mí, digamos que buscaba conectarme a las horas en que, dentro de mi limitado horario, sabía que podía encontrarla. Hablábamos de todo, de nuestras respectivas familias, de nuestras parejas, de nuestra relación con las mismas, de nuestros hijos, de nuestra vacaciones, de nuestros trabajos, de nuestras aficiones… así comenzamos a conocernos un poco más. Fuimos cada vez intimando más. Y cómo no… hablamos de sexo. Y en una de estas conversaciones le comenté que en una ocasión había estado en un pub liberal, de intercambio de parejas. Le dije que había ido solo, sin mi pareja. Sonia, me dijo que también lo había comentado con su marido, pero que al final, por unas causas u otras, habían desechado la idea. Le comenté que nosotros también. Al final coincidíamos en que si no íbamos con nuestras respectivas parejas no iríamos nunca. No obstante seguíamos conversando sobre esas situaciones. A veces las buscaba yo, porque era excitante hablarlo con ella.
Fue a primeros de septiembre cuando me comentó, que por razones de trabajo tenía que venir a Madrid. La idea me encantó, le dije que sería un buen cicerone. Llegaba una mañana y volvía al día siguiente. Llegaba con hotel reservado, así que quedamos para comer en el restaurante de su hotel.
No nos habíamos visto personalmente, por eso tengo que confesar que cuando iba a su encuentro los nervios me atacaban. Pero he de decir que Sonia lo puso todo muy fácil. Estaba esperando en la cafetería del hotel. Estaba divina. Un par de besos y pasamos a la mesa a comer. La comida y la sobremesa fue muy agradable. Tratamos los mismos temas y asuntos que por el msn. Y claro, salió el del pub liberal. Me comentó que nunca había estado en uno, que le gustaría ir con su marido. La verdad es que lo agradable de la sobremesa y el vino de la comida hicieron que por una vez apartara mi rubor y me lanzara. Le dije “Sonia, quieres que vayamos a uno? Vamos, tomamos una copa, curioseamos y así lo conoces. No pasará nada entre nosotros”. La verdad es que lo pregunté con poca convicción, de ahí la sorpresa de su contestación: “De acuerdo, estamos un rato y vamos solamente para verlo”. A todo esto tengo que deciros que mi intención no era malsana, todo lo contrario. Iba con la idea de que lo conociera y nada más.
El pub abría a las siete de la tarde, así que decidimos dar un paseo acercándonos hacia él. Entramos en una cafetería cercana al pub, estuvimos tomando café, charlando de todo lo que habíamos hablado y rehablado en nuestras conversaciones por msn. He de decir que, a pesar de no pretender nada, estaba nervioso, la situación casi podía conmigo. No paraba de mirar el reloj, y que despacio avanzaba la hora. Ella, y seguro que porque también estaba nerviosa y notaba mi nerviosismo, se levantó de la mesa de la cafetería y comentó: “venga, vamos a lo nuestro, que cuanto antes mejor”. Llamamos al timbre de la puerta del local y nos abrió una chica, nos comentó que era la relaciones públicas de local, y descargó sobre nosotros una batería de preguntas según iba ensañándonos el local: “sois pareja?, esta es la zona mixta, es la primera vez que venís? Esta es la zona de baile, bailan las parejas y se intercambian, sois de Madrid? Este es el cuarto oscuro, aquí…. Bueno el local está prácticamente vacío porque acabamos de abrir, digamos que sobre las doce o la una es cuando hay más gente…”. Después de pasearnos por el local mostrándonos todos sus habitáculos, nos invitó a sentarnos en un lugar apartado y nos preguntó qué queríamos tomar. Nos sentamos en una especie de pub, de estos bajitos, con una mesa en el centro, junto a la pista de baile. La verdad es que nadie diría que no se trataba de un pub normal si no fuera porque en los distintos monitores de televisión que había en sala se visionaban películas porno. Bueno y también por lo ligera que iba la relaciones publicas en su vestimenta.
“Bueno, Sonia, por fín ya has estado en un pub liberal, vacío, pero en un pub liberal.” “Hasta que hora tienes para ir a casa?” me preguntó. No contesté, pero creedme si os digo que, para Sonia tenía todo el tiempo del mundo. Mientras los dos mirábamos una de las pantallas de televisión, me espetó: “Quieres que bailemos? La música es agradable” y la verdad es que lo era. Nos dirigimos hacia la zona de baile, nos agarramos y comenzamos a bailar, el tacto de su vestido en mis manos me gustaba, era una tela de estas finas que notas el cuerpo, me prometí no acariciar sus caderas, pero la tentación era insuperable. Tenía delante y estaba tocando aquel cuerpo que en más de una ocasión había deseado. Así que…………… No sigo porque no paso nada, el relato no es real, qué más quisiera yo…. Cada lector puede hacerlo suyo y darle el final que quiera..
LO QUE NO OCURRIÓ
Nos vimos por primera y única vez hace unos meses y la verdad es que no ocurrió lo que os voy a contar. Bueno antes de nada me presento, me llamo Juan y ella…, sí, digamos que se llama Sonia.
Nos conocimos casualmente en un foro. La verdad es que en los foros la gente siempre se conoce así, casualmente.
Sonia es una mujer de unos cuarenta años, bonita, esbelta, de presencia muy agradable, extrovertida y con una conversación muy amena, tanto que uno no llega a saber si gusta más por su físico que por sus maneras, conversación y trato agradables. Vive en una ciudad que dista unos cuantos cientos de kms de Madrid, donde yo vivo.
De conocernos en el foro pasamos a darnos nuestros respectivos msn. A partir de ahí coincidíamos casi a diario a través del msn. No se si era pura coincidencia por cuanto a ella respecta, porque en cuanto a mí, digamos que buscaba conectarme a las horas en que, dentro de mi limitado horario, sabía que podía encontrarla. Hablábamos de todo, de nuestras respectivas familias, de nuestras parejas, de nuestra relación con las mismas, de nuestros hijos, de nuestra vacaciones, de nuestros trabajos, de nuestras aficiones… así comenzamos a conocernos un poco más. Fuimos cada vez intimando más. Y cómo no… hablamos de sexo. Y en una de estas conversaciones le comenté que en una ocasión había estado en un pub liberal, de intercambio de parejas. Le dije que había ido solo, sin mi pareja. Sonia, me dijo que también lo había comentado con su marido, pero que al final, por unas causas u otras, habían desechado la idea. Le comenté que nosotros también. Al final coincidíamos en que si no íbamos con nuestras respectivas parejas no iríamos nunca. No obstante seguíamos conversando sobre esas situaciones. A veces las buscaba yo, porque era excitante hablarlo con ella.
Fue a primeros de septiembre cuando me comentó, que por razones de trabajo tenía que venir a Madrid. La idea me encantó, le dije que sería un buen cicerone. Llegaba una mañana y volvía al día siguiente. Llegaba con hotel reservado, así que quedamos para comer en el restaurante de su hotel.
No nos habíamos visto personalmente, por eso tengo que confesar que cuando iba a su encuentro los nervios me atacaban. Pero he de decir que Sonia lo puso todo muy fácil. Estaba esperando en la cafetería del hotel. Estaba divina. Un par de besos y pasamos a la mesa a comer. La comida y la sobremesa fue muy agradable. Tratamos los mismos temas y asuntos que por el msn. Y claro, salió el del pub liberal. Me comentó que nunca había estado en uno, que le gustaría ir con su marido. La verdad es que lo agradable de la sobremesa y el vino de la comida hicieron que por una vez apartara mi rubor y me lanzara. Le dije “Sonia, quieres que vayamos a uno? Vamos, tomamos una copa, curioseamos y así lo conoces. No pasará nada entre nosotros”. La verdad es que lo pregunté con poca convicción, de ahí la sorpresa de su contestación: “De acuerdo, estamos un rato y vamos solamente para verlo”. A todo esto tengo que deciros que mi intención no era malsana, todo lo contrario. Iba con la idea de que lo conociera y nada más.
El pub abría a las siete de la tarde, así que decidimos dar un paseo acercándonos hacia él. Entramos en una cafetería cercana al pub, estuvimos tomando café, charlando de todo lo que habíamos hablado y rehablado en nuestras conversaciones por msn. He de decir que, a pesar de no pretender nada, estaba nervioso, la situación casi podía conmigo. No paraba de mirar el reloj, y que despacio avanzaba la hora. Ella, y seguro que porque también estaba nerviosa y notaba mi nerviosismo, se levantó de la mesa de la cafetería y comentó: “venga, vamos a lo nuestro, que cuanto antes mejor”. Llamamos al timbre de la puerta del local y nos abrió una chica, nos comentó que era la relaciones públicas de local, y descargó sobre nosotros una batería de preguntas según iba ensañándonos el local: “sois pareja?, esta es la zona mixta, es la primera vez que venís? Esta es la zona de baile, bailan las parejas y se intercambian, sois de Madrid? Este es el cuarto oscuro, aquí…. Bueno el local está prácticamente vacío porque acabamos de abrir, digamos que sobre las doce o la una es cuando hay más gente…”. Después de pasearnos por el local mostrándonos todos sus habitáculos, nos invitó a sentarnos en un lugar apartado y nos preguntó qué queríamos tomar. Nos sentamos en una especie de pub, de estos bajitos, con una mesa en el centro, junto a la pista de baile. La verdad es que nadie diría que no se trataba de un pub normal si no fuera porque en los distintos monitores de televisión que había en sala se visionaban películas porno. Bueno y también por lo ligera que iba la relaciones publicas en su vestimenta.
“Bueno, Sonia, por fín ya has estado en un pub liberal, vacío, pero en un pub liberal.” “Hasta que hora tienes para ir a casa?” me preguntó. No contesté, pero creedme si os digo que, para Sonia tenía todo el tiempo del mundo. Mientras los dos mirábamos una de las pantallas de televisión, me espetó: “Quieres que bailemos? La música es agradable” y la verdad es que lo era. Nos dirigimos hacia la zona de baile, nos agarramos y comenzamos a bailar, el tacto de su vestido en mis manos me gustaba, era una tela de estas finas que notas el cuerpo, me prometí no acariciar sus caderas, pero la tentación era insuperable. Tenía delante y estaba tocando aquel cuerpo que en más de una ocasión había deseado. Así que…………… No sigo porque no paso nada, el relato no es real, qué más quisiera yo…. Cada lector puede hacerlo suyo y darle el final que quiera..
Última edición por Lara Croft el Dom Ene 22, 2012 10:48 am, editado 3 veces
Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
Se te ve venirwonderboy escribió:Y ¿no te parece que es un vivio muy saludable? dejar volar la imaginación hasta esos niveles y conseguir que otra persona sin conocerte se excite leyendo lo que has escrito? a mi si, me encanta.
GYPSY- eminencia
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vale
Te decía que se te veía venir. Y ahora unaproposición directa a la administradora....wonderboy escribió:Buenas tardes Tb, voy a proponerte algo, que te parece si empezamos un relato y lo vamos continuando, al principio tu y yo, que somos los más lanzados, y luego todo el que quiera, siempre que el tono sea como el de los ya publicados, si te apetece me lo cuentas.
Te importa si lo hacemos entre tú y yo? Me gusta la idea, comienza tú y yo lo continúo. Dejemos a un lado a la administradora que tiene que atender a toda la página y claro, no está para hacerle el juego a una mente calenturienta.
Así que venga, comienza, que yo tambien soy muy lanzado. Te espero
GYPSY- eminencia
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Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
Wonderboy, si no te atreves con la sugerente proposición de Gypsy, puedes continuar mi relato antierótico, así te enfrías un poco y se te baja la calentura,
Divergente- eminencia
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Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
wonderboy escribió:¿Se me ve venir?, de donde, a donde creeis que voy, ni tengo, ni quiero, ni me apetece lo que creo que quereis decir, me parece muy presuntuoso por vuestra parte prejuzgar sin conocer.
Un cosa, ¿por qué me englobas en ese "de dónde y a dónde creéis que voy"? En ningún momento he dicho yo que se te vea venir.
Y otra cosa, gracias por llamarme reprimido. Tú sí que no prejuzgas. Y por mi parte digas lo que digas se acabó la polémica.
Adios.
Divergente,
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Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
Es de buena educación aceptar las disculpas.
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Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
yo no se escribir así, la verdad es que con leerlos tengo bastante, porque no consigo terminarlos.......y menos teniendo a mi marido al lado, cada vez que me ve leyéndo se va corriendo porque sabe que voy a por él, me ha regañado, ejej dice que ahora no!!!! a sique me va a tocar hacerle chantaje
si no os importa, yo no escribo, leo y practico,
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actuar se me da mejor
Es que yo no soy mujer de palabras, si no de acciones, pero vamos, que creo que en cuanto tenga oportunidad, voy a dejar al peque con los abuelos y voy a realizar alguna de esas fantasías, que son muy excitantes y pueden durar toda la noche.
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Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
jajaja nunca me lo había planteado así, se lo diré a mi marido, a ver que dice, creo que si fueras una mujer se le iluminaría la cara..
que verguenza, ahora cada vez que esté en el tema me voy a acordar de ti, jejjjjee, me voy a sentir como si engañara a mi marido,
que verguenza, ahora cada vez que esté en el tema me voy a acordar de ti, jejjjjee, me voy a sentir como si engañara a mi marido,
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jeje
te estás tirando flores???
si no da abasto conmigo....pues no sigo que ya me pongo..
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Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
HABRIA QUE VER A MUCHOS EN LA CAMA CON DOS PEDAZO DE TIAS, SEGURO QUE NO SABRIA NI POR DONDE EMPEZAR.
A mi me pasó con un chico, tanto tanto y cuando me consiguió, no sabía que hacer conmigo....si es que hay algunos que se les va la fuerza por la boca.
A mi me pasó con un chico, tanto tanto y cuando me consiguió, no sabía que hacer conmigo....si es que hay algunos que se les va la fuerza por la boca.
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Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
no voy a hacer comentarios al respecto...
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Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
pocaspecas escribió:HABRIA QUE VER A MUCHOS EN LA CAMA CON DOS PEDAZO DE TIAS, SEGURO QUE NO SABRIA NI POR DONDE EMPEZAR.
A mi me pasó con un chico, tanto tanto y cuando me consiguió, no sabía que hacer conmigo....si es que hay algunos que se les va la fuerza por la boca.
Si nos juntamos tú y yo, ya se podía dar pomadita el muchacho en cuestión.
Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
se hubiera escondido debajo de la cama.....
pocaspecas- eminencia
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Re: NUESTROS RELATOS SUBIDITOS
ALGO FUGAZ
Era la primera vez que iba a verlo, no nos conocíamos personalmente, pero algo en mi interior me decía que una relación con esa persona iba a ser complicado.
Estaba bastante nerviosa (ya sabéis, la primera impresión). No sabía que ropa ponerme, ¿algo sexy?, ¿clásico?...Al final opté por unas medias negras, minifalda y jersey ceñido.
Me presenté en el aeropuerto a esperarlo y cuando apareció, noté como todo mi cuerpo se estremecía, mientras me acercaba a él, pensaba, ¿qué hago? ¿dos besos en las mejillas? ¿un pico?...Cuando ya estábamos cara a cara, soltó la maleta, me cogió por la cintura, me acercó hacía él y me dió un largo beso en los labios.
De camino al hotel no paraba de besarme y acariciar mis muslos mientras yo conducía. Yo ya estaba excitadísima a esas alturas, por sus caricias, por sus brazos que se dejaban ver fuertes y prietos a través de la camisa.
Llegamos al hotel y en cuanto entramos en la habitación me puse en acción, me acerqué a él y mientras le desabrochaba la camisa le besaba el cuello, bajando lentamente hasta su pecho, mordiendo sus pezones y continuando hasta su ombligo. Me detuve allí mientras desabrochaba el cinturón y los botones del pantalón.
El mientras tanto acariciaba mi pelo, pero yo no le daba opción a mucho más.
Le baje los pantalones y acaricié su sexo con mis labios a través del eslip, lo mordí ligéramente y con ayuda de las manos se los bajé. Volví a subir mis manos hasta su trasero y mis labios rozaron su pene, muy suavemente iba lamiendo desde la base hasta la punta, lo introduje totalmente en mi boca y él empezó a marcar el ritmo, cogiéndome por el pelo y empujando su pene contra mi boca.
Poco después retrocedí, me incorporé y le empuje hacia la cama, una vez tumbado, me quité la ropa lentamente mientras el miraba, cuando estaba totalmente desnuda, me senté encima de su sexo y empecé a frotarme sobre él, a la vez que con mis medias le vendaba los ojos.
Introduje su pene dentro de mi, sin necesidad de ayudarme con las manos y empecé a cabalgar mientras oía sus gemidos de placer.
Antes de que llegara a correrse me separé de su pene y me arrodillé ante sus labios, me froté contra ellos y mientras él lamía mi sexo, yo acariciaba mis pechos, humedeciendo mis dedos entre su boca y mi vagina.
Estaba casi a punto de correrme, así que volví a su pene y lo introduje léntamente, él se quitó la venda y se incorporó hasta quedar los dos sentados, yo encima de él, movía mis caderas, frotando mi clítoris contra su pubis. Cada vez las embestidas eran más fuertes....Hasta que los dos nos corrimos juntos.
Nos quedamos el uno sobre el otro, sudando jadeantes...
Poco después me dí una ducha, me vestí lentamente mientras él me miraba con curiosidad. Le dí un beso y salí de la habitación.
Nunca más volvía a verlo, sabía desde el principio que no podía ser, así que me despedí de su cuerpo mentalmente y fuí en busca de algo diferente.
No seáis muy duros conmigo, es la primera vez que escribo algo así.
Era la primera vez que iba a verlo, no nos conocíamos personalmente, pero algo en mi interior me decía que una relación con esa persona iba a ser complicado.
Estaba bastante nerviosa (ya sabéis, la primera impresión). No sabía que ropa ponerme, ¿algo sexy?, ¿clásico?...Al final opté por unas medias negras, minifalda y jersey ceñido.
Me presenté en el aeropuerto a esperarlo y cuando apareció, noté como todo mi cuerpo se estremecía, mientras me acercaba a él, pensaba, ¿qué hago? ¿dos besos en las mejillas? ¿un pico?...Cuando ya estábamos cara a cara, soltó la maleta, me cogió por la cintura, me acercó hacía él y me dió un largo beso en los labios.
De camino al hotel no paraba de besarme y acariciar mis muslos mientras yo conducía. Yo ya estaba excitadísima a esas alturas, por sus caricias, por sus brazos que se dejaban ver fuertes y prietos a través de la camisa.
Llegamos al hotel y en cuanto entramos en la habitación me puse en acción, me acerqué a él y mientras le desabrochaba la camisa le besaba el cuello, bajando lentamente hasta su pecho, mordiendo sus pezones y continuando hasta su ombligo. Me detuve allí mientras desabrochaba el cinturón y los botones del pantalón.
El mientras tanto acariciaba mi pelo, pero yo no le daba opción a mucho más.
Le baje los pantalones y acaricié su sexo con mis labios a través del eslip, lo mordí ligéramente y con ayuda de las manos se los bajé. Volví a subir mis manos hasta su trasero y mis labios rozaron su pene, muy suavemente iba lamiendo desde la base hasta la punta, lo introduje totalmente en mi boca y él empezó a marcar el ritmo, cogiéndome por el pelo y empujando su pene contra mi boca.
Poco después retrocedí, me incorporé y le empuje hacia la cama, una vez tumbado, me quité la ropa lentamente mientras el miraba, cuando estaba totalmente desnuda, me senté encima de su sexo y empecé a frotarme sobre él, a la vez que con mis medias le vendaba los ojos.
Introduje su pene dentro de mi, sin necesidad de ayudarme con las manos y empecé a cabalgar mientras oía sus gemidos de placer.
Antes de que llegara a correrse me separé de su pene y me arrodillé ante sus labios, me froté contra ellos y mientras él lamía mi sexo, yo acariciaba mis pechos, humedeciendo mis dedos entre su boca y mi vagina.
Estaba casi a punto de correrme, así que volví a su pene y lo introduje léntamente, él se quitó la venda y se incorporó hasta quedar los dos sentados, yo encima de él, movía mis caderas, frotando mi clítoris contra su pubis. Cada vez las embestidas eran más fuertes....Hasta que los dos nos corrimos juntos.
Nos quedamos el uno sobre el otro, sudando jadeantes...
Poco después me dí una ducha, me vestí lentamente mientras él me miraba con curiosidad. Le dí un beso y salí de la habitación.
Nunca más volvía a verlo, sabía desde el principio que no podía ser, así que me despedí de su cuerpo mentalmente y fuí en busca de algo diferente.
No seáis muy duros conmigo, es la primera vez que escribo algo así.
Sue- eminencia
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